Un corto viaje con mi hermana María Belén

























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Por el Abogado colombo-venezolano y Técnico Superior Universitario (TSU) en Comercio Exterior de Venezuela, Félix Helí Contreras Martínez, Presidente de FUNDELSUR.

Ayer domingo, 21-Enero-2008, surgió una necesidad, y fue la de ir al Sector Las Delicias del Municipio Bolívar del Estado Táchira, -a realizar encuestas a los miembros del Consejo Comunal de este sector, que son parte de la población y  muestra de mi Tesis de Grado "Creación de la Fundación FUNDELSUR", requisito sine qua non para optar al Título de Técnico Superior Universitario en la Especialidad de Comercio Exterior de Venezuela, Dios mediante en Junio hogaño-.

El punto de partida de este pequeño viaje fue el Parque Miniatura "La Unión" que se encuentra en la entrada occidente del Edificio Aduana Principal de San Antonio del Estado Táchira, que es una ciudad comercial, industrial, turística y educativa, -paso obligado para ir a la ciudad de Rubio, San Cristóbal, Barinas, Guanare, Acarigua, Barquisimeto, San Carlos, Valencia, Maracay y Caracas, por la vía llamada de los llanos-. El clima en el punto de partida es caliente, aproximadamente 30° centígrados.

Después de cruzar la ciudad de San Antonio, por la Avenida Venezuela, se iba pasando por puntos de referencia como el antiguo peaje "Campaña Admirable", Alcabala de la Guardia nacional en Peracal, Aldea Las Adjuntas, Alcabala Las Dantas, y finalmente llegar a Las Delicias de Bolívar que es un sector del Municipio Bolívar, ya en límites con el Municipio Junín, cuya capital es la ciudad de Rubio, tierra de grandes hombres ilustres.

Me gusta el sector Las Delicias, por su clima frío, aunque su topografía es quebrada, pero hay fincas, con pastos para ganado, y el paisaje es agradable. Es un sector con pocas casas juntas, están separadas, pero especialmente la calidez de su gente, la tierra especial para la agricultura, el ganado lechero, y el descanso, me invitan a que en un futuro adquiera un pedazo de terreno para allí ubicar mi zona de descanso a la luz de la luna, la brisa y el cantar de pajaritos. Es un lugar para vivir en paz. La verdad que no es un sitio turístico, pero agradable.

Como el objeto del corto viaje era realizar unas encuestas, tuvimos la oportunidad de intercambiar ideas por dos horas con los integrantes del Consejo Comunal de este sector, que tiene luz eléctrica, carretera de acceso pavimentada y de árboles, que cortan la fuerza del viento que corre por sus laderas. Con mi hermana disfrutamos, trajimos limones mandarina y tomamos mazato, una bebida agradable a base de arroz y guarapo de piña o panela. No se requiere refrigerarlo, para conservarlo porque el clima ayuda.

Al hablar con el señor Rogelio y su esposa Nayiver, aquél nos manifestó que está proyectado en una parte del sector, construir un emporio turístico; además, que para quienes deseen visitar el lugar, los fines de semana, proyectan vender la tradicional chicha andina con pasteles de yuca.

Una vez realizada la misión, nos dispusimos a regresar en nuestro chevette, por que se nos hacía tarde.